En el mundo del desarrollo de software, hay algo peor que tener errores funcionales: que todo funcione… hasta que no. Las pruebas de performance suelen quedarse fuera de la lista de prioridades, pero su ausencia puede traducirse en pérdidas económicas, mala experiencia de usuario y daños irreparables en la reputación de una empresa.
A continuación, te contamos los errores más comunes que cometen las organizaciones al no realizar pruebas de performance, y cómo evitarlos antes de que sea demasiado tarde.
1. Asumir que “si funciona, está bien”
Uno de los errores más graves es creer que si una aplicación pasa las pruebas funcionales, está lista para producción. Nada más lejos de la realidad. Las pruebas funcionales validan que todo haga lo que debe hacer, pero las pruebas de performance validan cómo lo hace bajo presión.
Caso Real: Una app de e-commerce latinoamericana colapsó durante un evento de alto tráfico tipo Black Friday. ¿La razón? Nunca fue probada con más de 100 usuarios concurrentes. El sitio simplemente dejó de responder justo cuando más ventas esperaba.
2. No simular tráfico realista
Las pruebas deben emular las condiciones reales de uso. Si una plataforma espera recibir miles de usuarios al mismo tiempo, no puedes probarla solo con tres usuarios navegando tranquilamente.
Consecuencia habitual: Caídas inesperadas, lentitud extrema o errores intermitentes al no haber previsto el comportamiento del sistema bajo carga real. Esto afecta directamente la conversión, la satisfacción y la permanencia del usuario.
3. Ignorar los dispositivos móviles
En muchas empresas, las pruebas de rendimiento se enfocan solo en desktop. Pero más del 60% del tráfico web global proviene de dispositivos móviles, que además tienen condiciones muy variables de red.
Error crítico: Aplicaciones que se comportan bien en escritorio pero son prácticamente inutilizables en móvil. Esto impacta directamente la experiencia de usuario y puede hacer perder a más de la mitad de los visitantes.
4. No automatizar pruebas de carga
Hacer pruebas manuales de carga o depender de validaciones “a ojo” no solo es ineficiente, sino que abre la puerta a errores humanos. Automatizar permite ejecutar pruebas continuamente en cada sprint, anticiparse a cuellos de botella y hacer ajustes de forma preventiva.
Solución recomendada: Implementar herramientas como JMeter, Gatling o k6 y orquestarlas dentro de los pipelines de CI/CD.
5. Ignorar métricas clave como TTFB, throughput o latencia
Algunos equipos solo miden el tiempo de carga total, sin considerar otras métricas críticas como el Time to First Byte (TTFB), latencia, uso de CPU o memoria, y throughput.
Consecuencia: Se pierde visibilidad sobre los verdaderos cuellos de botella, se confunden los síntomas con las causas y se implementan soluciones ineficientes o cosméticas.
Conclusión
No probar el rendimiento puede costarte más caro que desarrollarlo.
Las pruebas de performance no son opcionales. Son un componente esencial para garantizar productos digitales estables, escalables y preparados para el mundo real. Prevenir es mucho más barato que reparar después de un colapso en producción.
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